VISITANDO EL NUEVO VOLCÁN MERADALIR EN ISLANDIA 

Vamos a hablaros de nuestra experiencia recorriendo la Ruta A, desde el aparcamiento 1 hasta el volcán Meradalir. Hicimos la excursión en agosto de 2022, poco antes que el volcán dejase de ser activo. Fue un precioso y “cálido” día en el que, además, pudimos estar sin demasiado viento. A diferencia de la excursión al volcán del año pasado. 

El recorrido que hay que hacer para llegar hasta la zona de la erupción es de 7/8km desde el aparcamiento hasta el volcán Meradalir. Por lo que acabarías haciendo alrededor de 14-15km en total.

El primer y el último kilómetro de este recorrido son los más sencillos. El camino es bastante llano, y por decirlo de alguna manera, hasta agradable de hacer siempre que el viento no sople muy fuerte. 

Después de un par de kilómetros llegamos a la primera de las subidas, y aquí es donde empezaréis a ver si elegisteis un buen calzado o no. El terreno es muy arenoso y, por momentos, resbaladizo. Si hace mucho viento la arenilla se va a levantar y os va a golpear en la cara como si fueran pequeños perdigones, por no hablar de lo divertido que es cuando se te mete en ojos, nariz y boca. Al final de la subida hay la primera recompensa, podríamos decir que el primer mirador. Aquí podréis observar la colada de lava que desbordó y cortó la antigua ruta A creando un mar negro bastante impresionante de ver.

Desde aquí, han creado un camino en zigzag que sube por el lateral izquierdo de la colada. Esta es la segunda subida y la más dura. Después del zigzag sigue todo el camino en pendiente no muy pronunciada, pero constante, y con unas vistas impresionantes de lo que el volcán Fagradalsfjall hizo el pasado año. 

Pero al llegar a la cumbre las vistas del valle todavía son mejores. Esto fue una de las partes del treking que más nos gustó. Desde aquí podíamos contemplar lo mucho que había cambiado todo desde nuestra última visita. Pero no importa si nunca habéis estado aquí antes, igualmente vais a disfrutar del increíble paisaje al igual que hicimos nosotros. Aunque los volcanes estén inactivos hacer el treking solamente para llegar aquí y tener estas vistas ya merece mucho la pena. 

Es desde este lugar donde el camino se empieza a complicar. El sendero de tierra desaparece y el camino se vuelve muy pedregoso, es el tramo más cansado, largo y “peligroso” sin lugar a dudas. Si hacéis la visita al anochecer, o ya de noche, obviamente hay que llevar una buena linterna o frontal. Por la noche poner especial atención y tener mucho cuidado por donde se camina.

Al llegar al final del camino de piedras, por llamarlo de alguna manera, hay un breve descenso para juntarse una vez más con un sendero. Desde este punto ya se puede observar claramente donde se encuentra el volcán Meradalir. El humo de las erupciones delata su posición, pero todavía no se puede ver el cráter. El paisaje sigue siendo un espectáculo, es muy árido, y el color amarillento de la tierra, contrasta con toda la antigua colada de lava.

Ahora ya si, por fin, llegamos hasta la zona de la erupción. Actualmente, se puede ver un cráter bien formado, que en realidad son dos pegados. Las erupciones son constantes y de carácter explosivo. El cono no está totalmente cerrado, y se puede ver como la lava no para de emanar desde el interior y desbordarse en un enorme mar de lava. En horas de poca luz hemos visto fotos increíbles del lugar, desgraciadamente para nosotros, en esta ocasión no podemos esperar hasta el anochecer.

Todo esto se puede observar con tranquilidad desde la ladera de la montaña. Pero también se puede descender y estar justo al lado del manto de lava, tocarlo y sentir el calor que desprende. De verdad que es un regalo de la naturaleza y hemos tenido una suerte increíble de poder estar aquí durante las dos últimas erupciones volcánicas en Islandia. 

No importa mucho la descripción que hagamos del momento que nosotros hemos visto, ya que el paisaje puede cambiar repentinamente en pocas horas. La cantidad de lava que ha expulsado el volcán ha sido de locos, en poco menos de una semana, cambio por completo. Al principio era una grieta por la que la lava salía a gran presión sin parar, pero poco a poco, ha ido tomando forma para convertirse en el último volcán en aparecer por tierras islandesas.