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En este año extremadamente inusual hemos intentado conocer un poco más el territorio donde vivimos. Hace unas semanas fuimos a hacer una excursión al pueblo de Montblanc. En este artículo es vamos a contar qué ver en Montblanc para que podáis aprovechar al máximo vuestro tiempo en esta magnífica población.
Montblanc está situado en la comarca de la Conca de Barberá, en la zona interior de Tarragona. Se encuentra dentro de la ruta del gótico cisterciense, cerca de los famosos monasterios de Poblet, Vallbona de les Monges y Santes Creus. Además, está muy cerca de Tarragona, a tan solo unos 30km. Fue construido a unos 350 metros sobre el nivel del mar.
Montblanc es un pueblo que te transporta directamente al medievo. Cruzar sus murallas hace que retrocedas en el tiempo y que te envuelva un ambiente místico, como si en cualquier momento pudieses ver a un caballero galopando a lomos de su hermoso caballo vestido con su mejor armadura o te pudieses cruzar con una princesa que ha salido a escondidas de su castillo para mezclarse con la plebe y respirar el auténtico aroma de los mercados.
Es un pueblo histórico que conserva el mayor recinto amurallado de Cataluña y es muy conocido por su fantástica fiesta medieval, que se celebra cada año durante una semana coincidiendo con la fiesta de Sant Jordi, por desgracia, no hemos podido ir en esas fechas. Ya tenemos excusas para volver.
QUÉ VER EN MONTBLANC
Nosotros fuimos a Montblanc después de visitar el Monestir de Poblet, llegamos a la hora de comer. Nos acercamos a la oficina de información turística, que está a la parte exterior de las murallas, y nos dieron un mapa del pueblo que nos fue muy bien de guía para recorrer sus calles.
Si te interesa también puedes visitar el pueblo mediante visitar guiadas. Encontrarás la información aquí
Justo al lado de la oficina de turismo está el edificio modernista del Sindicat de Vinyaters donde actualmente se elabora cava. La fachada del edificio es muy bonita.
Después de intentar comer, porque estaba absolutamente todo cerrado, empezamos el recorrido en las famosas letras de Montblanc que se encuentran al lado de la Torre dels Cinc Cantons.
Nos acercamos al Pont vell y, para no perder nuestras viejas costumbres, estaba en obras y no se podía ni ver ni se podía pasar. Así que dimos media vuelta y nos dirigimos a visitar el pueblo dentro de las murallas entrando por el Portal de Sant Antoni. Visitamos el pueblo a nuestro aire, recorriendo el núcleo antiguo histórico para conocer las principales puntos de interés.
Recorrer la calle major, que es la antigua calle real, observando todos los detalles que aun hoy en día se conservan de épocas muy lejanas no tiene desperdicio alguno. Antes de llegar a la plaça major pasas por distintas callejuelas empredradas con mucho encanto entre las que destaca la calle de la Plebania y la calle dels jueus.
Al final de la calle antes de llegar a la plaza Major, está la pastelería Viñas, muy popular. La verdad es que viendo el escaparate es casi imposible no entrar a comprar alguna cosa. Nosotros acabamos pecando y compramos algún bomboncito y unos dulces típicos del pueblo.
Llegamos a la Plaça Major que antiguamente era el centro comercial del pueblo de Montblanc. En esta plaza destacan los edificios del Ayuntamiento y los Porxos de Cal Malet, así como también la Font Major.
Pasamos por la Iglesia de Sant Miquel que estaba cerrada, solo la pudimos ver por fuera. Justo al lado de la iglesia hay un local que hacen las típicas cocas de Montblanc, lo llevaba apuntado para probarlas pero nos lo encontramos cerrado ya que solo abren por las mañanas. Una lástima porque tenía pintaza.
Paseando llegamos al Portal del Castlà y salimos fuera de las murallas para ver la Iglesia de Sant Francesc. Desde allí llegamos a la Torre de Sant Francesc que es donde se inicia la visita a las murallas y donde puedes ver la escultura de hierro forjado que representa a Sant Jordi a caballo luchando contra el dragón.
Montblanc tiene 1.500 metros de muralla con una altura media de 6 metros y consta que poseía más de 30 torres de vigilancia. Durante los meses de más afluencia es posible subir y visitar una parte de la muralla. También puedes acceder a algunas de las 25 torres que aún siguen de pie. La muralla se construyó entre los años 1366 y 1397 durante la Guerra de los Pedros. Nosotros no pudimos visitar las murallas ya que estaban cerradas a causa del Covid-19.
Muy cerca de la Torre de Sant Francesc está el portal de Sant Jordi. Es donde, según la leyenda, el caballero Sant Jordi acabó con el feroz dragón que atemorizada al pueblo entero y que secuestró a la princesa. Dentro del portal hay una placa con la leyenda de Sant Jordi escrita.
Entramos otra vez dentro de la muralla , volvimos a pasar por la Plaça Major, para dirigirnos hacia la Iglesia de Santa María que fue el lugar que más nos impresionó. Es un templo gótico del S XIV que está construya sobre una antigua iglesia románica de la que aún podemos ver algún resto. Por fuera es realmente espectacular, la plaza y los alrededores que la rodean invitan a estar un buen rato contemplándolo todo.
Puedes entrar a visitar la iglesia pagando 1€ pero, si quieres subir al campanario vas a tener que pagar 2€ más. Nosotros no somos muy partidarios de pagar para entrar a ver iglesias, pero teníamos ganas de subir al campanario para tener otra perspectiva del pueblo. La verdad es que las vistas merecen mucho la pena.
Una vez visitada la iglesia fuimos al Pla de Santa Bàrbara. Es un curioso mirador con restos de un poblado íbero que tiene unas buenas vistas de Montblanc, desde allí también puedes ver El Foradot, que es el tramo más alto de la muralla. Las vistas desde aquí son buenas pero después de subir al campanario de la Iglesia de Santa María me supo a poco.
Y hasta aquí llegó nuestra visita. Ya os hemos contado qué ver en Montblanc o mejor dicho, todo lo que nosotros vimos.
Curiosidad: En Montblanc hay un museo dedicado al mundo del pesebre. El Museu del Pessebre de Catalunya. Fue inaugurado en el año 2008 y consta de 3 plantas dedicadas al mundo del pesebre con una colección que supera las 10.000 piezas y decenas de dioramas. Se encuentra muy cerca de la iglesia de Santa María. Nosotros no entramos porque ya se nos hizo un poco tarde. Si, somos muy lentos viéndolo todo. La entrada cuesta 4€.
FIESTAS EN MONTBLANC
En Montblanc se llevan a cabo unas festividades a cada cual más curiosa y original. A continuación es mostramos las que consideramos que son las más originales:
La semana medieval de Montblanc. Se celebra una de las ferias medievales más importantes de Cataluña. A parte de decorar la ciudad, vender productos artesanos y ofrecer comidas típicas de tabernas medievales, también se pueden ver justas de caballeros y la representación de la leyenda de Sant Jordi matando al dragón y así liberar al pueblo de Montblanc y a su princesa de un final trágico.
Festival de Lego “Brickània”. Evento que nació en el año 2015 que consta en una exposición de construcciones Lego, talleres y demostraciones varias de este juguete que engancha a pequeños y grandes por igual.
Festival de Playmóbil “Clickània”. Este festiva es el segundo más visitado después de la semana medieval. Es una combinación de exposiciones, venta de productos especializados, talleres y concursos y un montón de actividades para hacer disfrutar a todo el mundo.
Terrània. Es el Festival Internacional de la cerámica. Uno de sus objetivos es el descubrimiento de la cerámica artística y decorativa acercándola al público con exposiciones y actividades distintas.
LA LEYENDA DE SANT JORDI
La leyenda de Sant Jordi es muy popular y querida en el territorio catalán y el motivo de la festividad más bonita, para mi gusto, que hay en Cataluña. Os voy a poner la leyenda que se cuenta en las tierras de Montblanc pero que varia un poco en función de la zona en la que te encuentras.
Cuenta la leyenda que en Montblanc había un dragón que era el más fuerte de los dragones, podía moverse por cielo, por tierra y por agua. En el pueblo también vivía la princesa, la hija del mismísimo rey.
El dragón aterrorizaba constantemente a la gente del pueblo. Cada día devoraba un par de ovejas, más tarde le dieron bueyes y caballos hasta que se acabaron. Entonces, la gente del pueblo, empezó a hacer un sorteo entre los ciudadanos para apaciguar el hambre voraz de la bestia. El rey, que era un hombre muy justo y bondadoso, también puso a su hija y su familia entre las personas del sorteo. Entonces, durante el sorteo, salió en nombre de la princesa.
El rey aceptó el destino de su hija y no quiso que ningún habitante del pueblo se cambiase por la princesa. La princesa fue vestida de blanco al sacrificio.
De repente, entre la tristeza del pueblo entero, apareció un joven caballero armado de cabeza a pies cabalgando un caballo blanco con la intención de salvar a la princesa y liberar al pueblo de ese infame dragón. El caballero era muy apuesto, era forastero y se llamaba Jordi.
Jordi se abalanzó sobre el dragón antes de que este se hiciese en la princesa y lo dejo inconsciente. El caballero aprovecho este momento para atar al dragón para luego, de un golpe de lanza rematarlo.
En el lugar donde el dragón, dejó su sangre al morir, nació un rosal de rosas rojas como la sangre. El caballero Jordi, cogió la más bonita que había y se la ofreció a la princesa. El caballero galopando encima de su blanco caballo y vitoreado por la gente del pueblo, salió por la puerta que aun hoy en día es conocida por el nombre de Portal de Sant Jordi.
El rey y la gente del pueblo escogieron al caballero Sant Jordi como patrón del pueblo.
DÓNDE COMER EN MONTBLANC
Cuando visitamos Montblanc nos encontramos a casi todos los restaurantes del pueblo cerrados. No sabemos si fue a causa del Covid-19 o porque en septiembre la gente aprovecha para hacer vacaciones cuando el turismo empieza a bajar.
Nosotros, visto el éxito, acabamos comiendo algo rápido en un bar de la plaza Major muy a nuestro pesar. Eso si, los bocadillos y las bravas estaban muy ricos.
Nos habían recomendado el Restaurant Sant Francesc. Dicen que hacen un menú mediodía de martes a viernes 15€ con bebida incluida que merece mucho la pena. A ver si tenemos la suerte de comer por allí algún día ya que el lugar tenía muy buena pinta.
Como ya hemos comentado antes, no dejes de comprar algún dulce en la Pastelería Viñas, tiene todo muy buena pinta y las valoraciones de la gente no dan lugar a dudas de la calidad de sus productos. Nosotros compramos unos bombones artesanales para probarlos y unos dulces típicos de Montblanc, que se llaman Montblanquins. Todo muy bueno.
Otra cosa que nos quedamos con ganas de comer, y que el sitio que teníamos apuntado también lo encontramos cerrado, fue la coca de Montblanc. Habíamos leído que en Cal Tullet las hacen muy ricas así que, otra excusa para volver.
CÓMO LLEGAR A MONTBLANC
Montblanc se encuentra a 30km de Tarragona y a 120km de Barcelona por lo que es muy accesible para hacer una excursión en coche. En los alrededores de la muralla hay bastantes zonas para aparcar, eso si, la mayoría son zona azul de pago. Nosotros aparcamos justo delante de la oficina de turismo que hay un aparcamiento gratuito y hemos leído que el estacionamiento de la estación de Renfe también es gratis.
Si no dispones de coche también puedes llegar a Montblanc en tren. Por el pueblo pasan los trenes de Renfe de las líneas R13 y R14 pero la duración es de unas 2 horas desde Barcelona.
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